27
Al ver que don Quijote se ablandaba, Sancho trató de
picarlo nuevamente en su amor propio…
—Todo podrá ser, pero vuestra merced olvida que también
dijeron que Cervantes asegura que usted está loco de remate
por todos los libros de aventuras de caballeros andantes que
ha leído, y que yo soy un tonto de capirote por seguirle la
corriente.
Don Quijote se acarició los bigotes, pensativo.
—Sancho, amigo y escudero mío, hoy me siento iluminado.
Escucha: mientras la gente continúe leyendo nuestra historia,
seremos reales, sin importar que nos tomen por locos o tontos.
¡Tan reales como estos árboles y estas montañas! Quizás
Miguel de Cervantes Saavedra nos inventó o quizás nosotros lo
inventamos a él.
Y tras esta conclusión, don Quijote montó en Rocinante y Sancho
Panza en su asno, y partieron en busca de nuevas aventuras.
1...,15,16,17,18,19,20,21,22,23,24 26,27,28,29,30,31,32