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Santillana
65
Lectura
Miguel de Cervantes Saavedra
Miguel de Cervantes Saavedra na-
ció en Alcalá de Henares, España, en
1547. Cervantes es quien le dio vida a
lo que hoy conocemos como la
novela
moderna
. Su obra demuestra una am-
plia cultura humanística. Sus seis años
en Italia le dieron una sólida formación
literaria. Su producción abarca tres fa-
cetas: la poética, la dramática y la no-
velesca. Entre sus obras se destacan
La
Galatea
(1585) y
Novelas
ejemplares,
con las cuales comienza a ocupar un
lugar importante en la literatura es-
pañola, aunque es
Don Quijote de la
Mancha
la que lo lleva a la cumbre de
las letras españolas.
Rubén Darío
A Rubén Darío lo conociste en el
primer capítulo, pero ahora te da-
mos unos detalles adicionales de su
personalidad y su obra. Darío fue
una persona compleja: apasionado,
bohemio, vitalista e idealista. Fue un
viajero incansable, llegó a visitar casi
toda Hispanoamérica. En su poesía,
siempre buscó la belleza a través de
la palabra escrita. Para él era clara la
supremacía del Arte por encima de
todos los demás intereses humanos.
Sus temas abarcaron lo exótico, lo
mitológico, lo cosmopolita y hasta lo
americanista.
Sobre los autores
azahar
(sustantivo). Flor blanca del naranjo.
campiña
( sustantivo). Espacio de tierra extenso, dedicado al cultivo.
Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.
Y el rey dijo: “¿Qué te has hecho?
Te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho,
que encendido se te ve?”.
La princesa no mentía,
y así, dijo la verdad:
“Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad”.
Y el rey clama: “¿No te he dicho
que el azul no hay que tocar?
¡Qué locura! ¡Qué capricho!
El Señor se va a enojar”.
Y dice ella: “No hubo intento:
yo me fui no sé por qué.
Por las olas y en el viento
fui a la estrella y la corté”.
Y el papá dice enojado:
“Un castigo has de tener:
vuelve al cielo, y lo robado
vas ahora a devolver”.
La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo, el Buen Jesús.
Y así dice: “En mis
campiñas
esa rosa le ofrecí:
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí”.
Viste el rey ropas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.
La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor,
en que lucen, con la estrella
verso, perla, pluma y flor.
Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.
Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.
Rubén Darío
(
nicaragüense
)