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VI
V
uelven
a salir a la calle. Teodoro vestido de hombre de nego
cios y Candelaria vestida de payaso hacen una pareja divertida.
Los músicos tocan cada vez más alto. Todo el mundo canta y
baila. Con muchos problemas, Teodoro y Candelaria llegan a la
plaza de España, donde van a elegir a la reina del Carnaval.
Las chicas del desfile llevan enormes sombreros, en forma de cas
tillos, de cestos de frutas, de alas de pájaro. Se mueven siguiendo
la música, pero sus disfraces son tan pesados que casi no pueden
andar. Teodoro no deja de mirarlas encantado. Candelaria se da
cuenta y empieza a sentir envidia.
–Esa chica, en realidad, no es tan guapa, pero ¡va tan pintada!
Pero a Teodoro no le importa. Todo lo que ve esta noche le
parece maravilloso. No solo las chicas sino también los árboles, y las
luces del puerto, el mar, y las estrellas del cielo.
–¿Tú crees que estoy soñando, Candela?
Ella lo coge de la mano para que vea que no está soñando. Una
rondalla
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canta la canción del Carnaval:
Carnaval, Carnaval,
es la fiesta que nombre nos da.
Carnaval, Carnaval,