Page 20 - Carnaval en Canarias

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Carnaval en Canarias
a extranjeros envidia les da.
Pero aquí, pero aquí,
ya se nace con él,
nunca lo aprenderán
en la Universidad.
Carnaval, Carnaval,
es lo poco que nos queda ya,
Carnaval, Carnaval,
eso nunca se lo llevarán.
Está aquí, está aquí, está aquí,
y en el mundo no hay nada igual
.
El alcalde invita a todos a la fiesta:
«Os saludo a vosotros, que vivís en nuestra ciudad, y a las gentes
que nos visitan. A todos aquellos que vienen a dormir a nuestros
portales y a pasear por nuestras madrugadas
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. En la ciudad del Car­
naval de Europa y como alcalde de sus habitantes, mando:
Que se llenen las calles. Que nos divirtamos los unos y los
otros. Que nadie pelee con su hermano disfrazado, que el Car­
naval es tiempo de reír, y no de odiar. Que el calor de los jóvenes
y el fuego del vino se unan en la pasión del baile. Que seáis to­
dos felices. Que en la madrugada hayamos hecho el Carnaval más
grande de Europa.
¡Comienza el Carnaval! Llenemos de color los rincones de Santa
Cruz. Que salgan los disfraces, y las máscaras
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, y los habitantes de
la ciudad de la alegría. Que nadie moleste al pueblo que se divierte.
Yo, Manolo, el Alcalde».
Teodoro se siente feliz, como quiere el alcalde. Perdona a todos
los que le han hecho vivir la aventura del día. ¡Qué suerte haber co­
nocido a Candela! Pero en ese momento, alguien le toca el hombro.
Es un guardia.