SANTILLANA USA - El viaje del vikingo soñador

12 La partida Amaneció celebrando con los grillos su alegría de explorador repentino que comienza un gran camino. El vikingo no tenía demasiadas posesiones, nunca quiso estar atado a la vida de la aldea con sus abetos dormidos y sus inmensas hogueras. Jamás pudo enamorarse porque apenas tuvo tiempo, pensando en esos viajes que no conocen regreso. A todas horas soñaba con la luz de un paraíso donde el calor se tocara y nunca sintiera el frío.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjAwMTk0