SANTILLANA USA - Emiliano Zapata, un soñador con bigotes
Emiliano I Cuando Emiliano Zapata tenía 11 años y era nada más un niño, no un héroe que sale en los libros y en los bille- tes, tampoco tenía respiro. Y digo tampoco porque desde antes de que empeza- ra la Revolución no paraba. Se me hace que ni siquiera dormía, entre levantar en armas a la gente, proclamar planes de Ayala, fusilar federales, pelearse con los presi- dentes de la república, recortarse el tupido bigote, con- solar a los pobres y, finalmente, caer en emboscadas, no creo que le haya dado tiempo de tomar ni una siesta de vez en cuando. Y aún ahora, que si Emiliano por aquí, que si su re- trato por allá, que si “Tierra y libertad” por un lado y el zapatismo por el otro, todavía no conoce el sosiego. Ser héroe de tiempo completo debe de ser muy com- plicado, ¡tantísimas dificultades! A lo mejor por eso es que mueren tan jóvenes. Fíjense nada más, a don Emi- liano no le dio tiempo de celebrar su cumpleaños número cuarenta cuando ya había fallecido, pero le habían suce-
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