SANTILLANA USA - Hay palabras que los peces no entienden
Un perro En repetidas ocasiones, y desde que Francisca era una ni ña pequeña, tumbados sobre el pasto mirando al cielo, ella y su hermano mayor habían repetido el cuestiona rio esencial de sus vidas, cuestionario al que volvían cuan do menos una vez por mes, alternadamente haciendo uno de interrogador y otro de interrogado, convencidos de que al memorizar cada respuesta estarían estableciendo su propia filosofía: —¿Entre el Real Madrid y el Aucas? —Me quedo con el Aucas —respondía ella. —¿Entre una araña y un ciempiés? —Cualquiera de los dos..., pero cojos. —¿Entre el olor a playa y el olor a montaña? —A playa. —¿Entre Cenicienta y Batichica? —Batichica. —¿Entre la luna y el sol? —Las estrellas.
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