Antología de poesía latinoamericana contemporánea

14 no aspira a la objetividad, misión imposible cuando de cuestio- nes artísticas se trata, sino que se declara un sencillo ejercicio de libertad, que se apoya en una sola cosa: el humilde criterio que puede resultar de una vida dedicada al placer devorador de leer poesía y de estudiarla desde el ámbito académico. ¿Cuáles son los límites que me he propuesto? En primer lugar, al escoger como punto de partida la vanguardia poética, he dejado de lado la poesía del modernismo, que, como sabemos, es considerable, pero más conocida y estudiada por los maestros en la escuela. De ahí que comience mi selección con la figura emblemática y muy interesante de Oliverio Girondo, quien con sus Veinte poemas para ser leídos en el tranvía se presenta ya como un poeta experimental, iniciador del vanguardismo en Latinoamérica; y que los dos poemas de Neruda que he seleccionado pertenezcan a la que, para mí, es su obra más audaz y original, Residencia en la tierra, y que privilegie enVallejo los hermosísimos Poemas humanos. Por la amplitud de lo abarcado, el peso más grande de mi selección recae en figuras canónicas, aunque no siempre conoci- das por el lector no especializado. No obstante, y por exigencias de espacio, no están tampoco aquí todos los poetas del canon que habría deseado introducir. El lector encontrará, en cambio, unos pocos nombres de escritores nacidos entre el 50 y el 65 , cuyas obras se proyectan casi todas en un ámbito internacional, y que pueden constituir lo más novedoso en la antología. En esta frontera me he detenido, no sin cierta tristeza, pues soy consciente de que dejo por fuera obras muy inquietantes, que encierran propuestas dignas de gran consideración.Otra decisión habría implicado, sin embargo, no solo ampliar la antología casi al doble de páginas, sino lanzarme a una aventura distinta, la de la consideración de la poesía más reciente, tarea que amerita, en sí misma, una investigación distinta.

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