El Cuento Latinoamericano

11 a propós i to de la antolog í a presenta como un mexicano atípico que se burla de la identidad y sus clichés. Los tiempos cambian, la violencia permanece. El guatemalteco Eduardo Halfon, sale avante al volver a relatar de una manera personalísima una historia de sobrevivientes del Ho- locausto judío en estas tierras. La argentina Samanta Schweblin, la más joven del grupo, revive en “Matar un perro” el espeluz- nante ritual de iniciación de un paramilitar.Y el chileno Alberto Fuguet, en “Prueba de aptitud”, muestra qué ocurre cuando unos adolescentes marginales son sometidos a las terribles presiones de los exámenes preuniversitarios. Su cuento busca aproximarse al lenguaje cinematográfico, con tintes de experimentación, al igual que “Hoy temprano”, del argentino Pedro Mairal, donde el tiempo real se comprime lo máximo posible. Pero hay también territorios imaginarios para hablar de una manera simbólica del amor y las difíciles relaciones de pareja, como lo hacen la mexicana Guadalupe Nettel en “Bonsái” y el colombiano Julio Paredes en “Escena en un bosque”.Y, desde luego, hay lugar para el amor desgarrado, obsesivo, pero envuelto en fina trama, en “Dochera” de Edmundo Paz Soldán. Nuevos cuentos latinoamericanos que corroboran la vigencia de un género que siempre ha estado ahí, interesando a sus mejores escritores y escritoras.Y que seguirá vivo por mucho tiempo. Mientras se publiquen cuentos, la gente los seguirá leyendo.

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