Entre Letras D Sample Unit

30 El visitante revolvió el guiso largo rato y luego lo probó otra vez. La mujer lo observaba, incapaz de apartar sus ojos de allí. —Este guiso está muy bueno —comentó el hombre—; pero unas cebollas no le vendrían nada mal. La mujer sacó de un barril unas cuantas cebollas y se las entregó. Él las puso en la olla y esperó nuevamente a que hirviera. —Esto va muy bien. Aunque con unas zanahorias estaría aún mejor. Ella, entonces, sacó unas zanahorias de la despensa. —Aquí las tienes. —¡Qué bien huele! —exclamaba el pescador mientras revolvía—. Con un poco de carne quedaría como para chuparse los dedos. La mujer trajo la carne y el hombre la incorporó a la preparación. Finalmente, el guiso estuvo listo. El pescador levantó la tapa y un aroma riquísimo se escapó de la olla. La mujer estaba boquiabierta. —¡Vamos, buena mujer! Trae un vino para acompañar este manjar, y un sacacorchos. Así, los dos se sentaron a la mesa y empezaron a comer el guiso, elogiando su buen sabor. —Nunca creí que de un hacha pudiera hacerse una comida tan sabrosa —decía, asombrada, la dueña de casa. El pescador comía ávidamente, riéndose para sus adentros. Anónimo

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