Entre Letras D Sample Unit

34 Hace mucho tiempo, en un reino lejano, fueron robadas las joyas de la princesa. El suceso causó una gran conmoción y el rey prometió la mano de su hija a quien lograra recuperarlas. Eso sí: los candidatos deberían encontrar las joyas antes de tres días; de lo contrario, serían severamente castigados. En aquel lejano reino vivía un muchacho muy pobre llamado Juan Grillo. —Podías ir tú —le propuso su madre—. Eres listo, y seguro que descubres quién ha sido. —Esto…, yo… yo no creo que sea buena idea, madre… ¿Y si no lo averiguo? Pero tanto insistieron los padres del joven que, al final, el muchacho no tuvo más remedio que acceder. Tras varios días caminando, Juan llegó al palacio. Juan y el centinela recorrieron en silencio interminables pasillos y galerías y, por fin, llegaron a una modesta habitación. —Aquí vivirás durante estos tres días —dijo el hombre—. ¡Buena suerte! El cuento Cuando el guardia se marchó, Juan se quedó escuchando sus pasos hasta que se perdieron en la lejanía. En aquel momento se sintió terriblemente solo y asustado. Se acomodó en una silla e intentó concentrarse en el robo. Y así fueron pasando las horas, una tras otra, hasta que el sol se ocultó. Entonces, nada más al anochecer, llegó un criado. —Aquí tienes tu comida. Si quieres algo más, avísame. Juan, angustiado por no haber descubierto nada aquel primer día, exclamó mientras salía el criado: —¡Ya ha pasado uno! Al oír las palabras de Juan, el hombre se asustó mucho. Él y otros dos compañeros suyos habían robado las joyas. ¡Y Juan Grillo parecía haberlo descubierto! Como alma que lleva el diablo, el ladrón se presentó en la cocina y, atropelladamente, les contó a sus compinches lo que ocurría. Texto 2

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