Entre Letras F Sample Unit

35 sensible alma de los poetas, desde la ardorosa juventud hasta la calma vejez: “¡Oh arte sublime y noble, en que he creído / a lo largo de tantos años secos: / pon mi febril cabeza en tu regazo / y acaricia la plata de mi pelo”. Otra de las características que distingue a Hermann Hesse como un auténtico poeta es su reconocimiento del amor como bastión primordial de la existencia. El rebelde Hesse, con indomable genio romántico, escribe: “Mi añoranza / piensa en una flor que no acaba”. Esta flor infinita es el amor. Y también: “Mas cuando mi violín, en la alta noche / es lo único despierto aquí, en la casa, / advierto muchas veces, / mi amor, que estás muy cerca”, líneas donde concibe la hermandad entre la música (el arte) y el amor, o la posibilidad de lograr el segundo a través de la creación. Hesse es, pues, un poeta, porque revela con sus palabras regiones de la condición humana que escapan a la medida común de la comprensión. Es también un poeta porque su postura es contraria a la de quienes lo rodean, alejándose de ellos, remarcando su distinción y actuando de forma inesperada. Así hubo de ocurrirle, por ejemplo, en los años de la I Guerra Mundial, cuando su patria se encaminó por la terquedad del nacionalismo. Siendo un joven escritor, se esperaba de él que aplaudiera junto con sus coterráneos los propósitos imperialistas de su nación. Pero él se manifestó del lado de la paz, señalando el absurdo de la guerra y del odio. Por eso fue tildado de traidor. Por eso, fue relegado muchas veces al aislamiento. Pero su confianza firme en la poesía lo mantuvo en pie. Y es esta confianza el fundamento principal del incalculable valor de su obra. La firmeza o la fuerza de los poetas se encuentra, paradójicamente, en sus incertidumbres, en sus miedos, en su obsesión por mirar hacia atrás, en sus más recónditos túneles y sombras. Alfonso Guido

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