Don Quijote de la Mancha I
10 Don Quijote de la Mancha I Se decía don Quijote: –Si yo me encuentro por ahí con un gigante 24 y le* gano en singular 25 batalla, debo tener una dama a quien enviárselo como regalo. Y parece que don Quijote había estado enamorado de una buena moza 26 del Toboso, un pueblo vecino, aunque ella nunca lo supo. Se llamaba Aldonza Lorenzo. A don Quijote le pareció bien hacerla señora de sus pensamientos y buscarle un nombre elegante y musi- cal, de princesa o gran dama. Y así, decidió llamarla Dulcinea del Toboso. * Se ha respetado el leísmo del autor. Este fenómeno consiste en el uso de le (pronombre complemento indirecto) en lugar de lo (pronombre complemento directo) para referirse a un objeto directo de persona de sexo masculino. Este empleo, que aparece en la literatura desde la Edad Media, se produce sobre todo en Castilla y León. Ha llegado hasta nuestros días y está admitido por la Real Academia Española.
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