Don Quijote de la Mancha I

14 Don Quijote de la Mancha I El ventero lo miraba y no sabía qué hacer ni qué decir. –Quiero que mañana mismo, sin perder un momento –le pidió don Quijote–, me arméis caballero. Así podré ir por el mundo y buscar aventuras como caballero andante. Pero antes tendré que ve- lar 45 las armas durante toda la noche en la iglesia de vuestro castillo. Después de oír estas palabras, el ventero ya no dudaba de la lo- cura de don Quijote y decidió seguir con la mentira. Le explicó que allí no había iglesia para velar las armas, pero que las podía velar en un patio del castillo. Le preguntó que si traía dinero. Don Quijote contestó que no, porque él nunca había leído en las historias de los caballeros andantes que estos necesitaban llevar dinero. El ventero le explicó que en eso se equivocaba: los caballeros andantes siem- pre llevaban dinero, camisas limpias y una cajita llena de medicinas para curar las heridas que recibían. Nuestro hidalgo le prometió al ventero seguir sus consejos. Luego, puso todas las armas junto a un pozo 46 . Tomó su escudo y su lanza, y muy elegante empezó a pa- searse alrededor del pozo. Así se hizo de noche, aunque la luna era muy clara y parecía un sol que daba luz a nuestro nuevo caballero. Uno de los arrieros 47 que estaba en la venta quería dar agua a sus animales. Para ello, quitó las armas de don Quijote, que estaban cerca del pozo. –¡Oh tú, mal caballero, que tocas las armas del más valiente an- dante con espada! –dijo don Quijote–. ¡Piensa qué haces, y no las toques más si no quieres perder la vida! El arriero no le hizo caso y tiró las armas. Don Quijote levantó los ojos hacia el cielo, dejó el escudo, tomó la lanza con las dos ma- nos y le dio al arriero un fuerte golpe en la cabeza. El hombre quedó herido en el suelo. Don Quijote recogió sus armas y empezó a pa- searse de nuevo alrededor del pozo. Pero llegó otro arriero y le tiró otra vez las armas. Don Quijote levantó la lanza y le abrió también la cabeza al segundo arriero. Sus compañeros, que lo habían visto