Soñar un Crimen

I 15 de octubre de 1982 Fernando, amigo: No sé cómo empezar. Para mí no es fácil escribir esta carta, pero no puedo seguir así. Te estoy escribiendo desde una fría habitación de hotel. Un hotel barato en una calle perdida, en un pueblo gris. No sé desde cuándo vivo aquí. ¡Hay tantas cosas que no entiendo...! Desde mi ventana veo jugar a unos niños en el parque que hay delante del hotel. Los niños corren entre los árboles amari- llos, se ríen, parecen contentos... Ahora está empezando a llover. Es una lluvia de otoño, fría y triste. No sé qué día es hoy. No sé qué hora es. No hay relojes para un hombre tan perdido como yo. Tú me conoces bien, Fernando, eres mi mejor amigo. Crée- me ahora: estoy en peligro. No salgo a la calle; no veo a nadie. Solo hablo con el camarero del hotel. Él baja todos los días al bar de la esquina y me compra cigarrillos. Estoy fumando de- masiado... Nadie sabe dónde estoy y tú no debes buscarme. No puedo volver, es imposible... Estoy perdido en el negro bosque de mis sueños 1 . Los días son largos y las noches más largas todavía. Casi no como. Quiero dormir, olvidar... ¡Poder olvidar...! No quiero otra 5

RkJQdWJsaXNoZXIy MjAwMTk0