SANTILLANA USA - El sueño de Otto

10 El sueño de Otto Sylvie cierra un momento los ojos y empieza a pensar en Otto: «No puedo olvidar aquel primer día de clase. Sí, lo estoy viendo, estoy viendo a Otto entrar en clase aquella mañana». * * * –Buenos días, ¿cómo estáis? Yo me llamo Carmen y voy a ser vuestra profesora de español estas cinco semanas. ¿Cómo os llamáis? –pregunta Carmen después de sentarse y dejar su bolso encima de la mesa. –Mi nombre es Alec –contesta uno de los estudiantes. –¿Y de dónde eres, Alec? –Yo soy alemán, de Berlín –contesta Alec. –Yo soy Ruth, también soy de Berlín –contesta otra estudiante, sen­ tada a la derecha de Alec. Todos empiezan a decir cómo se llaman y de dónde son. –Y yo me llamo Sandra. Soy de Stuttgart, pero ahora vivo en Munich. –¿Y tú? –pregunta Carmen a una chica morena de ojos verdes. –Yo soy francesa, de París... y me llamo Sylvie. –¿Conocéis España o estáis aquí por primera vez? –Hemos venido muchas veces –explica Sandra. –¿Cuántas veces? –pregunta Carmen. –Doscientas, doscientas cincuenta... –contesta ahora Alec. Los jóvenes no dicen nada más. Todos ellos parecen estar de acuerdo con Alec. Carmen no sabe qué pensar; no entiende qué está pasando. Ella los mira uno a uno y sonríe. Después va hasta la pizarra 11 y escri­ be: «200, 250». –Sí, doscientas, doscientas cincuenta –repite Alec. –¿De verdad... estáis seguros? –pregunta Carmen un poco nerviosa. Todos contestan que sí con la cabeza. Carmen no dice nada. «No puedo creerlo –piensa–. Me parece que ya estoy vieja y no oigo bien.»

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