SANTILLANA USA - El sueño de Otto

Rosana Acquaroni Muñoz 7 –Bueno, doña Carmen, me voy. Voy a ver qué quiere ese señor. Has­ ta luego –dice Paco antes de ir a la otra mesa. –Buenos días, ¿qué va a tomar? –Quiero un pincho de tortilla 6 y un chocolate 9 muy caliente, por favor –pide el chico. Este ha hablado muy claro pero un poco despacio; parece extranjero. Paco no comprende cómo alguien puede tomarse ese desayuno. ¡Un pin­ cho de tortilla con chocolate!... Hasta ahora, no le ha pedido nadie una cosa así. Paco no se mueve. El chico le sonríe y le mira sin quitarse las gafas de sol. –Pues un pincho de tortilla y... un chocolate... para el señor –dice por fin el camarero. Carmen lo está viendo todo desde su mesa. Sonríe también. «Este chico rubio no parece español» –piensa. El joven deja las gafas de sol encima de la mesa y empieza a leer el periódico. Tiene unos grandes ojos azules. Mira el reloj de la estación. Ya son casi las ocho y media y la clase de español empieza a las nueve. No le queda demasiado tiempo. No quiere llegar tarde. Es su primer día de clase en esa escuela. Pero él ya sabe hablar español bastante bien: lo ha estudiado en su país y está viviendo en España desde hace casi tres meses. El camarero vuelve. –Aquí tiene, señor: su chocolate y su tortilla... ¿Alguna cosa más? –No, gracias, nada más –contesta el joven–. ¿Me puede decir cuánto es? –Pues para usted... solo un euro con sesenta –dice Paco. El chico coge el dinero para pagar. «Qué raro... –piensa por un momento–. ¿Por qué dice: para usted...? Un chocolate y un pincho de tortilla deben ser un euro con sesenta para todos, ¿no? No lo entiendo... Luego lo pregunto en clase.»

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