SANTILLANA USA - La ciudad de los dioses

I Santiago de Baracoa, 2 de enero de 1518 Hoy hace cinco años que he llegado a Cuba... y ya me parece que siempre he vivido aquí. ¡Qué largos pueden ser cinco años! Pienso en España, en su gente, en mi familia. Casi no consigo recordar sus caras o sus nombres. Y, de repente, me siento muy viejo; nunca voy a ver mi país otra vez, estoy seguro. Nunca más. Pero no puedo estar triste por ello. La vida en España no era fácil para mí. No han sido malos estos años. Muchos españoles han venido a América con una sola idea en la cabeza: ser ricos, ganar montañas de dinero. Yo no lo he conseguido, es verdad; pero sí creo que he tenido suerte. Desde hace tiempo trabajo como secretario de don Hernán Cortés, un famoso personaje de la isla 1 . Cuando voy por la calle, la gente me saluda, y dice: «Ahí va Francisco de Alcaraz, el secretario». Así es como todos me conocen. Y eso sí es importante para mí, mucho más importante que el dinero. Cortés es un hombre muy especial. Cuando vino a América era joven y pobre, pero tenía muchas ganas de trabajar. Luego encon- tró a doña Catalina, su mujer, la hija de un rico señor de aquí. Así que ahora es amigo de las personas más importantes de la isla. Mu- chas veces, cuando no sabe qué hacer en los asuntos más difíciles, el 5

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