Solo tres segundos_Zona Libre

16 Paula Bombara hace meses: si no lograba aprobar las materias necesa- rias, iría al mismo colegio que Leopoldo. También es un buen colegio, nadie puede cuestionarlo por ese lado tan temido de que desperdició una excelente oportunidad de “triunfar en la vida”. El colegio de Leopoldo es el más prestigioso del barrio. Leopoldo. Nicolás sacude la cabeza y espanta una sonrisa que pretendía instalarse en su boca. Leopoldo es ese que estaba pared de por medio, ese con el que habían inventado un código de golpecitos en la medianera para avisarse cuándo salir, ese al que abandonó llo- rando el día que sus padres decidieron mudarse. Aún hoy le cuesta creer haberlo reencontrado tan fácil. Poner un nombre en la web y listo. Allí estaba, en YouTube, encima de una bicicleta, tapados sus ojos por un gorro negro. ¿Era el mismo? Se movía bien sobre la bici. Allí estaba, también, en Facebook , tapados sus ojos por un gorro blanco, a un mensaje de distancia. Sí, no podía ser otro. El mensaje fue “¿Te acordás de mí? ”. Y sí, se acordaba. La caminata lo cansa. Pero tantas cuadras conversan- do con Rodrigo le dan fuerzas. Cuando llegan a su casa, se hacen unas milanesas en sánguches. Su amigo come y se va. No quiere estar cuando la familia llegue. Nicolás se queda solo, mirando el techo desde el sillón. La rajadura casi invisible que mira siempre.

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