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© Santillana
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“Para una mayor profundidad de pensamiento, para una mayor serenidad de espíritu, no hay mejor consejero que un buen
libro”. Así se expresó Luis Muñoz Marín en su afán por resaltar la importancia que tiene el acto de leer, como un proceso a través
del cual el ser humano no solo adquiere conocimientos, sino que, también, obtiene un primoroso alimento para el alma. Es impres-
cindible que se considere la lectura como un proceso del lenguaje, en conjugación con el pensamiento.
La lectura, como parte de un proceso de conciencia lingüística, se enmarca en una serie de destrezas que facilitan la compren-
sión, la interpretación y el análisis de un texto, pues el lector es quien construye el significado del texto, partiendo de un contexto.
Existe un orden específico en las destrezas o en los aspectos importantes que se deben atender para encauzar el proceso de
comprensión: los detalles, la secuencia u orden de los sucesos, la inferencia, la idea central, la causa y el efecto, el dato o la opinión
y el análisis. Dichas destrezas, parten del texto para llevar al estudiante a pensar más allá de lo escrito. Para poder dirigir la com-
prensión lectora, dentro del proceso metodológico de la enseñanza, es importante atender las siguientes etapas:
Antes de la lectura
• Esta etapa consiste en determinar los objetivos de la lectura, por medio de la pregunta
¿para qué voy a leer?
• Se estimula o se motiva al estudiante para que sienta la curiosidad de adentrarse en el texto.
• Debe activarse el conocimiento que ya posee el estudiante en torno a la temática que se desarrollará en el texto.
• Debe llevarlo a formular una hipótesis o a realizar predicciones sobre lo que cree que ocurrirá en la lectura.
Durante la lectura
• El maestro dirige la comprensión por medio de preguntas directas.
• Piensa en voz alta para aclarar posibles dudas y modelar el proceso de pensamiento lógico en torno a lo que se lee.
• Lleva al estudiante a crear imágenes claras de lo que se va desarrollando en el texto.
Después de la lectura
• El maestro lleva al estudiante a demostrar todo lo que entendió o comprendió de la lectura
• Se facilitan actividades a través de las cuales el estudiante pueda darle significado, así como sintetizar y evaluar el texto.
Existen varios enfoques que teorizan la enseñanza de la comprensión lectora: el
enfoque ascendente
, el
enfoque descenden-
te
y el
enfoque interactivo
.
El primero consiste en llevar al estudiante desde las partes (letras, palabras) hacia el todo (frases, ora-
ciones), como un proceso inductivo en el que se presta mayor atención a las unidades lingüísticas más pequeñas para llevar al estu-
diante hasta las superiores. Este enfoque se desarrolla, fundamentalmente, en los grados primarios en los que se inicia al estudiante
en el proceso fonético y mecánico de la lectura. Los otros dos enfoques son los más propios para el nivel secundario. El enfoque
descendente invita al estudiante a formular una hipótesis sobre el texto (aspecto abstracto), convirtiéndolo en un cuasicreador
del texto (aspecto concreto). Estas hipótesis o inferencias parten del lenguaje y del mundo que conoce. Por otro lado, el enfoque
interactivo lleva al estudiante hacia el texto desde su conocimiento previo, adquirido por medio de las experiencias de vida, para
propiciar en el lector la construcción de significado, pues es el lector quien relaciona lo leído con su realidad (metacognición).
Al reflexionar en torno a la importancia que tiene el desarrollo de las destrezas de comprensión lectora, cabría preguntarse:
¿a quién corresponde el deber de enseñarle a un estudiante a comprender un texto? Seguramente, muchos responderían que el
deber y la responsabilidad absoluta la tiene maestro de Español, pero en realidad esta respuesta es errónea. Los maestros de todas
la materias académicas deben ser responsables de velar por el sano desarrollo de las destrezas de comprensión lectora, pues todas
las materias se relacionan, directa o indirectamente, con estos procesos de pensamiento que son esenciales para la vida misma
y para el desarrollo integral del individuo. Como dijera Francis Bacon: “La lectura hace al hombre completo...” Veamos la lectura
como un mundo que nos abre las puertas hacia grandes horizontes, pues, por medio de ella, podemos trascender a un espacio y
un tiempo determinados; podemos cruzar ese maravilloso puente entre la fantasía y la realidad.
omprensión lectora
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