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II
T
eodoro
comienza a andar hacia La Laguna. En el camino pre
gunta a una mujer que está sentada a la puerta de su casa:
–¿Dónde puedo encontrar un taxi?
–Vaya al centro de la ciudad. Pero no sé si habrá taxis. Estamos
en Carnaval.
Al acercarse al centro de la ciudad, ve algunos grupos disfrazados.
Un taxi pasa a su lado.
–¡Eh, taxi!
El taxista para. Pero enseguida se fija en el bigote ridículo de
Teodoro, en su sombrero medio caído y le grita por la ventanilla:
–¡Usted es el camionero loco! ¡Seguro! ¿Cómo se llama?
–Teodoro...
–¡Teodoro! ¡Ese es el nombre que repite la radio! Tiene que pre
sentarse en la comisaría.
Teodoro corre por unas calles estrechas. El taxista sigue gritando:
–¡A él! ¡Cójanlo!
Cerca de un jardín tres chicas rodean a Teodoro.
–¿Y tú de qué vas vestido? ¿De hombre de negocios?
–Sí.
–¿Por qué corres tanto?
–Me esperan en Santa Cruz.