Se estaban generando problemas en muchas ciu-
dades. En Gonzales estalló una revuelta.
Los comienzos de Gonzales habían sido duros,
pero hacia 1835, la ciudad había empezado a pros-
perar. Había dos hoteles pequeños, dos herrerías
y varios bares. Se estaba construyendo una nueva
escuela, y un hombre llamado Almeron Dickinson
había abierto una sombrerería. Los ataques de los
indígenas no eran tan frecuentes, e incluso se había
celebrado el primer baile de disfraces de la ciudad.
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