Formas de los músculos voluntarios
Los músculos voluntarios pueden tener
formas diversas:
Fusiforme (como
el bíceps del brazo).
Orbicular (como el que
rodea a los ojos).
Plano (como
el trapecio).
Corto (como
el que une la tibia
y el peroné).
Venas, arterias y vasos
capilares recorren los
músculos y los mantienen
nutridos y oxigenados.
Los músculos esqueléticos
se denominan también
estriados, porque esa es
la apariencia que tienen
cuando se observan
en el microscopio.
Los músculos
componen el 40%
del peso corporal.
Aun en reposo, los músculos siempre tienen
cierto grado de contracción, llamado tono
muscular, que mantiene la forma del cuerpo.
Si durante un ejercicio intenso
llega poco oxígeno a los músculos,
se forma en ellos ácido láctico, una
sustancia que produce fatiga y dolor.
Los tendones unen los músculos
a los huesos. Debajo de la piel,
en la parte posterior del tobillo,
podemos tocar el tendón de Aquiles,
el más largo del cuerpo.
Músculos involuntarios
Músculo cardíaco
El músculo cardíaco (miocardio) es
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y estriadas como las de los músculos
esqueléticos, pero no están bajo control
voluntario.
Músculos lisos
Los músculos lisos se usan continuamente
al realizar los movimientos de la digestión,
la circulación sanguínea, etc. Forman
parte de las paredes de algunos órganos
huecos: estómago, intestinos, arterias.
En algunos órganos, como la vejiga, que
contiene la orina, existe una combinación
de músculos voluntarios e involuntarios
que funcionan en colaboración.
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