26
Desarrollo
Apuntes
100
©
Santillana
L
70
©
Santillana
eo
un texto
Historia verdadera de la conquista
de la Nueva España
Capítulo XCVII
CÓMO ESTANDO EL GRAN MONTEZUMA PRESO, SIEMPRE
CORTÉS Y TODOS NUESTROS SOLDADOS LE FESTEJAMOS Y
REGOCIJAMOS, Y AUN SE LE DIO LICENCIA PARA IR A CAZA,
Y FUE ESTA LICENCIA PARAVER SU INTENCIÓN
Como nuestro capitán en todo era muy diligente y vio que Monte-
zuma estaba preso, y por temor no se congojase con estar encerrado y
detenido, procuraba cada día, después de haber rezado (que entonces no
teníamos vino para decir misa), de irle a tener palacio, e iban con él cuatro
capitanes, especialmente Pedro de Alvarado, y Juan Velázquez de León,
y Diego de Ordaz, y preguntaba a Montezuma con mucho
acato
que qué
tal estaba, y que mirase lo que manda, que todo se haría y que no tuviese
congoja de su prisión. Y él respondía que antes se
holgaba
de estar preso,
y esto porque nuestros dioses nos daban poder para ello, o su Uichilobos
lo permitía, y de plática en plática le dieron a entender más por extenso las
cosas de nuestra santa fe y el gran poder del emperador nuestro señor; y
aun algunas veces jugaba Montezuma con Cortés al totoloque, que es un
juego que ellos así le llaman, con unos
bodoquillos
chicos muy lisos que
tenían hechos de oro para aquel juego, y tiraban con los bodoquillos algo
lejos, y unos
tejuelos
que también eran de oro, y a cinco rayas ganaban o
perdían ciertas piezas y joyas ricas que ponían. […]
Y si ganaba Cortés, daba las joyas [a] aquellos sus sobrinos y privados
de Montezuma que le servían, y si ganaba Montezuma, nos lo repartía a
los soldados que le hacíamos guarda, y aun no por lo que nos daba del
juego dejaba cada día de darnos presentes de oro y ropa, así a nosotros
como al capitán de la guarda, que entonces era Juan Velázquez de León,
y en todo se mostraba su amigo de Montezuma.
[…] Como en aquel tiempo yo era
mancebo
, y siempre que estaba en
su guarda o pasaba delante de él con muy gran acato le quitaba mi bonete
de armas, y aun le había dicho el paje Ortega que vine dos veces a descu-
brir esta Nueva España primero que Cortés, y yo le había hablado a Or-
teguilla que le quería demandar a Montezuma que me hiciese merced de
una india muy hermosa, y como lo supo Montezuma me mandó llamar
y me dijo: “Bernal Díaz del Castillo, hánme dicho que tenéis
motolinea
de ropa y oro, y os mandaré dar hoy una buena moza; tratadla muy bien,
que es hija de hombre principal; y también os darán oro, y mantas.” Yo
le respondí, con mucho acato, que le besaba las manos por tan gran mer-
ced, y que Dios Nuestro Señor le prosperase. Y parece ser preguntó al
paje que qué había respondido, y le declaró la respuesta; y dizque le dijo
UÊÊ>V>̜Ê
(sustantivo). Respeto.
UÊʅœ}>L>
(verbo). Del verbo
hol-
gar.
Alegraba.
UÊÊLœ`œµÕˆœÃ
(sustantivo). Pelotitas.
UÊÊÌiÕiœÃ
(sustantivo). Piezas de
metal.
UÊʓ>˜ViLœ
(sustantivo). Hombre
soltero de pocos años.
UÊʓœÌœˆ˜i>
(sustantivo). Corto de
dinero y ropas; pobre.
Al comenzar
U
¿Cómo describirías el encuen-
tro de los dos mundos: Europa
y América?
U
Si hubieses sido un conquis-
tador del Nuevo Mundo, ¿ac-
tuarías igual que los españoles?
¿Por qué?
Al leer
U
Describe la relación de Monte-
zuma con los guardias que lo
custodiaban.
U
Fíjate en cómo el autor describe
a Montezuma.
Al concluir
U
Reflexiona sobre el protagonis-
mo de los españoles durante la
conquista del Nuevo Mundo.
Lea y discuta con los estudiantes el apartado
1.
Al comenzar,
de la página 70 del
libro de texto.
Anímelos a leer el fragmento de la
2.
Historia verdadera de la conquista de Nueva
España
, de las páginas 70 y 71 del libro.
Pregunte:
¿Cómo trataba el capitán a Montezuma?
¿Qué actividad compartían Montezuma y Hernán Cortés?
¿Cómo se repartían los premios ambos líderes?
¿Qué deseaba Bernal Díaz del Castillo de Montezuma?
¿Cómo le respondió el
emperador?
¿Cuál era la rutina del emperador?
¿Cómo se comportaban los españoles con Montezuma?
Leo un texto
Sugerencias metodológicas
Inicio
Presente a los estudiantes el siguiente
fragmento de la “Segunda carta de re-
lación”, de Hernán Cortés. Luego, dis-
cuta con ellos los eventos más sobre-
salientes de la Conquista de México.
[...] Después de hechos los requeri-
mientos para que viniesen a obede-
cer los mandamientos que de parte
de vuestra majestad se les hacían
acerca de la paz, no los quisieron
cumplir y les hicimos la guerra y pe-
learon muchas veces con nosotros
y con la ayuda de Dios y de la real
ventura de vuestra alteza siempre
les desbaratamos y matamos mu-
chos, sin que en toda la dicha guerra
me matasen ni hiriesen ni un espa-
ñol [...]. En obra de veinte días hube
pacíficas muchas villas y poblaciones
a ella sujetas y los señores y prin-
cipales de ellas han venido a ofre-
cerse y dar por vasallos de vuestra
majestad [...].
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©
Santillana
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un texto
Historia ver adera de la conquista
de la Nueva España
apítulo XCVII
CÓM STANDO EL GRAN ONT ZUMA PRESO, SIEMPRE
C RTÉ Y TODOS NUESTROS OLDADOS LE FESTEJAMOS Y
REGOCIJAMOS, Y AUN SE L D O LICENCI P R IR A CAZA,
Y FU EST LICENCIA PARAV R SU INTENCIÓN
Como nuestro capitán en to o era mu diligente y vio que Monte-
zuma estaba pr s , y por temor no se congojas on estar encerrado y
detenido, procuraba cada día, después de haber rezado (que entonces no
tení mos v no para cir misa), de irle a tener palacio, e iban con él cuatro
cap t nes, especialm nte Pedro de Alvarado, y Juan Velázquez de León,
y Diego de Ordaz, y preguntaba Montezuma con mucho
acato
que qué
tal stab , y que mir se lo manda, que todo s haría y que no tuviese
congoja de su pri ió . Y él r spondía que antes s
holgaba
de estar preso,
y esto p rque nuestros dioses nos dab n p der para ello, o u Uichilobos
lo perm tí , y de plática en plática le dieron a entender más por extenso las
cos de nu stra santa fe y el gran poder del emperador nuestro señor; y
aun alg n s veces jugab Montezuma con C rtés al totoloque, que es un
juego que ellos así le llaman, c n nos
bodoquillos
chicos muy lisos que
tenían hechos de oro para aquel juego, y tira an con
bod quillos algo
lejos, y unos
tejuelos
que también er n de ro, y a ci co rayas ganaban o
perdían ciertas piezas y joyas ricas que ponían. […]
Y si gana a Cortés, daba las joyas [a] aquell sus sobrinos y privados
de Mont zuma que le servían, y si ganab M ntezum , nos lo repartía a
los soldados que le hací mos guarda, y aun no por lo que nos daba del
juego ejaba c da día de darnos presentes de oro y r pa, a í a nosotros
como a capitán de la guarda, que ento ces era Juan Velázquez de León,
y en todo e mostraba su amigo de Montezuma.
[…] Como en aquel tie po yo era
mancebo
, y siempr que estaba en
su gu r a o pasaba delante de él con muy gran c to le quitaba mi bonete
de armas, y aun le había dicho el paje Ortega qu vine os veces a descu-
brir e ta Nueva España primero que Cortés, y yo e había hablado a Or-
t guilla qu le que í demandar Montezuma que me hiciese merced de
na india mu hermosa, y com lo s po Montezuma me mandó llamar
y me dijo: “B rnal Díaz del Castillo, hánme dicho que tenéis
motolinea
de r pa y oro, y os mandaré dar hoy un buen moza; tratadla muy bien,
que es hija de hombre princ pal; y t mbién os dará oro, y mantas.” Yo
le respondí, on mucho acato, que le besaba las manos por tan gran mer-
ced, y que Dios Nuestro Señor le prosp rase. Y parece ser preguntó al
paje que qué había respondido, y le declaró la resp sta; y dizque le dijo
UÊÊ>V>̜Ê
(su tantivo). Respeto.
UÊʅœ}>L>
(verbo). Del verbo
hol-
gar.
Alegraba.
UÊÊLœ`œµÕˆœÃ
(sus antivo). Pelotitas.
UÊÊÌiÕ œÃ
(sust ntivo). Piezas de
metal.
UÊʓ>˜V Lœ
(sustantivo). Hombr
s ltero de pocos años.
UÊʓœÌœˆ˜i>
(sus antivo). Corto de
dinero y ropas; pobre.
Al comenzar
U
¿Cómo describirías el encuen-
tro de l s dos mundos: Europa
y América?
U
S hubieses sido un conquis-
tad r del Nuevo Mundo, ¿ac-
tuarías igual qu los españoles?
¿Por qué?
Al leer
U
Describe la relación de Monte-
zuma con los guardias que lo
custodiaban.
U
Fíjate en cómo el autor describe
Montezuma.
Al concluir
U
Reflexiona sobre el protagonis-
mo d los españoles durante la
conquista del Nuevo Mundo.
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