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©
Santillana
Los nuevos paradigmas de la educación responden a
exigencias y requerimientos que implican transformar la vi-
sión tradicional de la enseñanza centrada en el maestro, a un
proceso centrado en el aprendiz y su gestión de aprender.
En esta perspectiva, el aprendizaje se considera un ejercicio
que ocurre en un contexto activo, social y reflexivo (Driscoll,
2002) que dura toda la vida (
life-long learning
), que es com-
plejo, transformacional, con multiniveles, interactivo y que se
fundamenta en una dimensión personal.
Esta concepción exige que la enseñanza en el nivel ele-
mental se diseñe y se implemente mediante la creación de
un ambiente en el que el proceso de instruir propicie expe-
riencias para que el aprendiz asuma la responsabilidad indi-
vidual de construir un conocimiento significativo y mejorar
la calidad de su aprendizaje (Weimer, 2002). La enseñanza,
en este nivel, inicia al aprendiz en el cultivo de los recursos
personales, aptitudes y actitudes que posee, para interactuar
eficazmente en el ambiente de aprendizaje en el que esté
inmerso. Para lograrlo, el aprendiz debe generar y utilizar un
estilo de aprender, pero, también, un enfoque de aprender.
El enfoque de aprender está enmarcado dentro del
contexto de las diferencias individuales que conforman la
esencia del aprendiz, especialmente, desde la perspectiva de
la variación intraindividual, que ocurre cuando un individuo
cambia con el transcurso del tiempo y actúa de forma dife-
rente en distintas situaciones.
Según plantean Recio y Cabero (2005), los enfoques de
aprendizaje no son estables en un alumno; es decir, no son una
característica personal inmutable. Por el contrario, un alumno
es capaz de adoptar uno u otro enfoque de aprendizaje (su-
perficial o profundo), dependiendo de la tarea académica a la
que se enfrente. En otras palabras, los enfoques de aprendizaje
están en función de las características individuales de los alum-
nos y del contexto de enseñanza determinado (p. 98).
El concepto de enfoque de aprendizaje se originó en los
estudios sobre las diversas maneras en que los aprendices se
enfrentan a un ambiente de aprendizaje. La categorización
de estos enfoques comenzó en la década de los setenta y
se debe, en gran medida, a las contribuciones hechas por
Marton & Säljö (1976), Marton & Svensson (1979), Biggs
(1999) y Entwistle (2001). En su planteamiento principal so-
bre los diversos enfoques que adoptan los aprendices hacia
el aprendizaje, Entwistle (2000) expuso que mientras algu-
nos ven el aprendizaje como un proceso principalmente de
memorización y reproducción del conocimiento de forma
aceptable para el profesor, otros lo ven como la transforma-
ción de la información y las ideas obtenidas por el conoci-
miento y las experiencias. De esta forma, caracterizó lo que
la literatura identifica como
el enfoque de aprendizaje super-
ficial
(
Surface Learning
) y
el enfoque de aprendizaje profundo
(
Deep Learning
), respectivamente, conceptos acuñados ini-
cialmente por Marton y Säljö, en 1976.
La definición del concepto
enfoque de aprendizaje
es ope-
racional, pues los autores utilizan características del proceso
para su conceptualización.Weigel (2002) definió
el enfoque de
aprendizaje profundo en ambientes en línea
, como el aprendi-
zaje que promueve el desarrollo del conocimiento condicio-
nado y la metacognición, mediante una comunidad de inquirir
(p. 5). Su definición incluye tres componentes principales:
1.
Conocimiento condicionado o contenido
: el maes-
tro del nivel elemental debe incorporar experiencias
que especifiquen el contexto para el cual son útiles
y en las que se faciliten oportunidades para la inte-
gración curricular, la aplicación de conceptos y de las
metodologías de una disciplina a otros contextos y
dominios de conocimiento variados, y para la solu-
ción de problemas. Las actividades educativas deben
relacionarse con situaciones de la vida real, para pro-
piciar que los aprendices se involucren activamente
en ellas, identifiquen su sentido práctico y reconozcan
la pertinencia de lo que hacen. De esta manera, los
aprendices se sienten motivados a aprender, utilizan-
do al máximo sus capacidades y habilidades, lo que
los lleva a un enfoque profundo de aprender.
2.
Metacognición o la aplicación del pensamiento al
acto de pensar
: el maestro debe crear un ambien-
te de aprendizaje, en el que las experiencias faciliten
que los aprendices puedan mejorar las actividades y
las tareas intelectuales que incorporan en su proceso
de aprender. Los aprendices capaces de pensar sobre
su proceso de aprender son capaces de integrar la
reflexión, para orientar y asegurar una buena ejecu-
ción, que les permita transferir el aprendizaje de un
dominio de conocimiento a otro. Los aprendices ca-
l Enfoque de Aprendizaje Profundo
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